MODELO DE CRIANZA DE LOS HIJOS

Para muchos padres, la noticia de embarazo del primer bebé les resuena como un milagro; sobre todo si para conseguirlo, fue un camino largo y doloroso; frente a esto, la familia entera se movilizará con la llegada de este nuevo ser, y quieran o no, se verán involucrados en la crianza.  Para ello, los nuevos padres adoptarán diferentes enfoques de crianza, de acuerdo al estilo de vida que lleven.  Algunos buscarán consejos en sus propios padres, amigos con más experiencia, pediatras y hasta expertos en el tema.   Es probable, que encuentre un autor de crianza que refleje sus expectativas o que no les apoye en el estilo elegido; sin embargo, no significa que estén equivocados en este quehacer, sino que vean las cosas de manera diferente.

Joan Raphael-Leff, psicoanalista, Británica, y, especialista perinatal, nos dice que algunos padres y sobretodo las madres, parecen dividirse, a grandes rasgos, en dos polos opuestos, adoptando crianzas de tipo extremas:  por un lado, ellas se adaptan a sus bebés y por otro, hacen que sus bebés se adapten a ellas.   A estos padres, los llamó Facilitadores y  Reguladores.  Sin embargo, existe un gran porcentaje, que caen en el medio de estos dos extremos, denominándolos Reciprocadores, siendo posiblemente la opción más sensata y psicológicamente más saludable.

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La madre facilitadora considera el nacimiento como si fuera un encuentro con el ser amado

1.-  LOS FACILITADORES:  Son aquellos padres, que tienden a dedicarse exclusivamente a la crianza para complacer todas las demandas y caprichos del bebé;  a tal punto de sacrificar sus propios deseos.   Una madre facilitadora, recibe la maternidad como un acontecimiento gratificante y muy esperado por ella, lanzándose de lleno en el proceso, tanto así que, tempranamente, usa ropa de maternidad, disfrutando de toda atención especial.  Toman contacto con el bebé desde el embarazo, sintiéndolo como parte de ella misma, motivada por la creencia que existe una comunión y comunicación especial entre ellos.  Planean un parto natural tanto como sea posible, con el deseo de minimizar cualquier trauma que pudiera ocasionar su llegada, considerando el nacimiento, como si fuera un encuentro con el ser amado.   Ante la llegada del bebé, la madre opta por dejar de trabajar, buscando fusionarse con él, como queriendo volver a su estado prenatal,  creyendo tener la capacidad intuitiva tan desarrollada que interpreta, dentro de ella, todas sus necesidades.  Se vuelve muy sensible frente a esta crianza, ya que mantiene un cordón umbilical invisible entre ambos; envolviéndose junto a él dentro de una burbuja exclusiva, donde no permite un tercero en esta relación.  Se dedica a descifrar y satisfacer a su bebé por completo, amamantándolo a libre demanda día y noche, alargando el destete hasta los dos años o cuando se inicie por sí mismo.  Suele tenerlo en brazos, manteniendo una vigilancia muy cercana, tanto así que es llevado a la propia cama matrimonial, donde pospone su vida sexual, para dedicarse de lleno en sus demandas nocturnas, dejando que el padre duerma en otra habitación.    Esta dinámica se vuelve tan sensible para ella, que el dormir del bebé, lo siente como si fuese una separación, añorando que se despierte para reestablecer la añorada fusión prenatal, percibiendo esta crianza como la culminación de una experiencia femenina, determinada a no querer separarse de él, para unirse a su bebé simbióticamente.

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             La madre Reguladora centra su vida lejos de su Bebé 

2.-  LOS REGULADORES:    Opuestamente a los facilitadores, son padres que se centran en conseguir que sus bebés se adapten a una rutina, que haga la vida más predecible y estructurada para ambos.  La madre reguladora piensa la maternidad como una etapa más de la vida, tomándola como una labor exagerada que es promovida por una sociedad machista donde esperan que las madres se sumerjan en labores domésticas.   Esta madre reguladora, no parece importarle separarse de su bebé  a quien supone como un extraño que irá conociendo conforme su crecimiento, por lo que el destete lo hace muy temprano.  Piensa como premisa, que el neonato vaya socializándose, por lo que,  le introduce, varias  personas para que asuman la tarea, dando por errado que la madre sea la única fuente de cuidado; ya que, asegura que la maternidad no es innata, sino una destreza adquirida y aprendida.   Asegura que el neonato no diferencia entre quienes lo cuidan, por ello, los cuidadores sustitutos deberán establecer una óptima regularidad: en el cumplimiento de horarios con la alimentación, baño, sueño, etc., así como también, requiere sea dejado en contenedores como cochecitos y/o mecedoras durante el día y cunita o su propio dormitorio durante la noche, de tal manera, de tener un mejor control y cierta libertad, donde sentirá mayor seguridad  ella y su bebé.  Es así, que a la hora de alimentarlo, lo hace de manera regular, dejando mamaderas suplementarias para que sean dadas en su horario.   Una vez que el bebé se ha adaptado a la rutina, la proximidad de la madre reguladora hacia él, no es imperativa, sin embargo, acuerda con los cuidadores, cuándo el bebé llora genuinamente o cuándo lo hace simplemente para molestar y si determina que es así, lo dejará llorando hasta que se canse.   En esta estructurada crianza, que se mide más en semanas que meses, la madre reguladora reportará que el bebé, a muy temprana edad, duerme toda la noche, cumpliendo con el objetivo de adaptarlo a la rutina de la casa.  En este contexto, esta madre está más enfocada en sí misma y en lograr intereses profesionales o de otra índole; centrando su vida lejos de su bebé, ya que no se ve  como un elemento esencial en la existencia de su hijo.

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La madre reciprocadora cree en la compañía y el respeto recíproco.

3.-  LOS RECIPROCADORES:   Así como la madre facilitadora se adapta a su bebé, y la reguladora espera que el bebé lo haga, la reciprocadora pareciera ocupar un lugar intermedio entre ambos comportamientos; percibe al bebé como una persona completa y con múltiples facetas, que fluctúa entre diferentes estados de alerta que van determinando su nivel de interacción con ella, planteándole una constante negociación.   Esta madre reciprocadora, involucra al padre en la crianza, considerando a su bebé como separado, extrovertido y sociable, capaz de formar relaciones y de procesar sus demandas.  Lo percibe como un infante que puede compartir emociones similares con los padres, considerando que, pueden aprender a entender a su bebé y que pueden ser entendidos; es decir, cree en la compañía y el respeto recíproco.   Esto es, que tanto las necesidades del bebé, como ellos y el resto de la familia  merecen una consideración total.  En otras palabras, las necesidades del bebé no siempre serán prioritarias, ni tampoco que la familia se adapte a su ritmo.  Cree en la adaptación recíproca, evaluando tanto las rutinas diarias y fluctuaciones hogareñas como el desarrollo y estado emocional del bebé.   Con frecuencia los padres reciprocadores, buscan mantener a todos de igual manera en sus mentes, reconociendo potenciales errores que pudieran ocurrir y reflexionando para obtener posibles soluciones a las situaciones, que los pueda ayudar a retomar su curso preferido.

Los padres por lo general, darán buenas razones para escoger un estilo de crianza que le haga más sentido con la vida que llevan; por ejemplo, una madre dirá que ha luchado durante años con la infertilidad, y por ello, quiere dedicarse totalmente a su bebé y olvidarse de sus propias necesidades, hasta que su bebé crezca; en este caso será una madre facilitadora.    Así como también, aquella que tiene varios hijos, y porque necesita obtener ingresos, probablemente, tendrá que ser mamá Reguladora.  La mayoría de los padres utilizan ambos estilos de crianza, pero el extremo de cada lado tiene sus problemas.  ¿Cuáles son las consecuencias de criar hijos en estos modelos extremos?  ¿Qué hay detrás de los padres facilitadores y reguladores? ¿cuáles son los verdaderos sentimientos que esconden con estos comportamientos extremos?  ¿Que hace que la madre facilitadora no quiera separarse de su bebé? ¿Qué hace que la reguladora no quiera mantener un vínculo más cercano?  Todas estas preguntas y muchas más surgen desde estos comportamientos extremos, cuyas respuestas están dentro de cada uno de estos padres, que han visto desde la zona confort esta manera de criar a sus hijos; sin embargo, verdaderos conflictos internos no resueltos, los llevarán en algún momento de su vida al colapso, por lo que, esperemos que, más temprano que tarde, este hijo, a través de alguna conducta preocupante para ellos, los lleve a buscar ayuda psicológica.

Psicóloga Adriana Soto Vega

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