Archivos Mensuales: abril 2018

Acompañar a la persona en el “malestar psíquico”

Suele ocurrir en casos más severos de malestar psíquico, entendiendo a éste como una “enfermedad mental”, que el tratamiento más común aplicado a la persona que lo padece, sea la medicación con psicofármacos.

No es raro que esto suceda, teniendo en cuenta que, los síntomas que aparecen en los cuadros agudos de psicosis en general (esquizofrenia, patología dual, etc.), son muy difíciles de sobrellevar por la propia persona que lo soporta, como también, por el contexto familiar y social.

Los psicofármacos tienen propiedades que permiten estabilizar o “controlar” estos síntomas “negativos” de la enfermedad mental.

psicofármacos--1024x650No obstante, una vez “contenidos” estos síntomas por la medicación, el paciente entra en un estado de somnolencia, lentitud, desconexión, en donde con frecuencia suele “estar” ocupando un lugar en la casa o centro de internación, como si de un mueble se tratara. La persona ya no “delira”, ya no “habla sola”, ya no “ve cosas raras”, pero tampoco es la persona que era antes de ese episodio y de esa medicación.

Me viene ahora a la mente, una anécdota que expuso un asistente a un seminario sobre el Acompañamiento Terapéutico, comentó que tenía un familiar al que habían ingresado con síntomas agudos de psicosis en un centro de Toledo, y que, tras la medicación y varios meses de ingreso, llevó la foto de este familiar “del antes del ingreso” y se la enseñó al médico psiquiatra a cargo del tratamiento.

Con tono de desesperación le dijo: ¡quiero que me devuelvan a éste de la foto!.

Lamentablemente el familiar del paciente desconocía que, parafraseando a Heráclito de Éfeso “No nos bañamos dos veces en las aguas de un mismo río, ni siquiera una vez.”, es decir, todo está en un cambio incesante, el universo y los que habitamos en él, y no se le podrá “devolver” al familiar ingresado como era antes.

Pero, pensarlo de una manera tan “filosófica” no puede ser una respuesta de un profesional, al familiar de alguien a quien le ha ocurrido esto. Además, este “pase” al estado de “desconexión” del paciente, muchas veces (por no decir todas), suele estar provocado por los mismos psicofármacos que ha tenido que consumir, para sofocar estos “delirios”, “alucinaciones”, etc. Queda a criterio de quien lo ve, si es “peor el remedio que la enfermedad”.acompañar2

Por este motivo es más prudente, que la medicación se vaya controlando, esto es: cambiando, modificando, regulando, etc., por parte del profesional psiquiatra que lleva a cabo el tratamiento.

También es oportuno que el profesional que atienda a esta persona, tenga idea al menos, de lo que significa  “higiene mental” o “Psicohigiene”, y que tome en cuenta al paciente como un sujeto en un contexto familiar y social y al equipo de trabajo que lo atiende: psiquiatra, psicólogo, enfermero, acompañante terapéutico, etc. como un dispositivo interdisciplinar.

Existen alternativas terapéuticas que pueden acompañar el proceso del malestar psíquico de la persona, esté medicada o no, como por ejemplo el llamado “Acompañamiento Terapéutico”. Éste es un dispositivo que junto con el tratamiento psiquiátrico y psicológico, acompaña al paciente, en su vida o tareas diarias, tratándolo como un sujeto que “desea” como cualquier persona,  también,  al que se le tiene en cuenta, no se le discrimina y que convive dentro de la familia y la sociedad “a pesar” de lo que le ha ocurrido.

Muchas veces por desconocimiento de estos tipos de tratamientos, los familiares no saben cómo actuar frente a estos casos, y tampoco los centros de salud suelen recomendarlo, por eso es bueno difundirlo y enterarse cómo poder acceder a él.

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Para saber si la persona puede tener un Acompañamiento Terapéutico, es necesario que la familia o la propia persona que lo solicite, haga la consulta a un psicólogo que lo pueda  orientar en este tema.

 

Lic. María Elena Custidiano Maidana

http://www.tiempoterapeutico.es